Repositorio Digital diseñado por el antropólogo David López Cardeña y Andrea Getzemani Manzo Matus con la colaboración de Natalí Alonso Aranda y Mariel Armenta Sánchez de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana, para apoyar el desarrollo académico de la comunidad antropológica.
Harry F. Wolcott **
(Traducción del inglés al español por: Liria Pérez Péla)
RESUMEN
El 16 de junio de 2003 Harry Wolcott dictó su versión para
Medellín de la conferencia originalmente presentada en
Bournemouth. La charla trató sobre la búsqueda de la
esencia de la etnografía y responde preguntas como : ¿qué
hace a un estudio etnográfico?
El conferenciante, en su carrera, ha identificado doce
atributos que pueden esperarse razonablemente en un
reporte etnográfico. Es así como nos dice que la etnografía
es holística, comparativa, basada en experiencias propias,
realizada en escenarios naturales y que requiere una
familiarización íntima y prolongada con el tema,; no es
evaluativa, es básicamente descriptiva, específica,
adaptativa, corroborativa y finalmente, idiosincrásica e
individualista.
Todos y cada uno de estos atributos se discuten en la
conferencia con la advertencia de que no hay un conjunto
absoluto de ellos que pueda operar en todas las
investigaciones. Wolcott concluye que cualquiera de
nosotros puede utilizar las técnicas de la investigación y
tomar los datos de la experiencia de cada día, tanto los
propios como los que se refieren a otros. Desde luego, para
la producción de etnografía, es más propicio cuando éste
ha sido el propósito de un investigador que además tiene
claro cómo lograrlo.
Palabras claves: Investigación Cualitativa, Etnografía,
* Conferencia dictada en el desarrollo del seminario - taller sobre "Etnografía"
Organizado por las Facultades de Enfermería, Nacional de Salud Pública y Ciencias
Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia, entre el 11 y el 17 de junio
de 2003.
Esta es la historia de una búsqueda antropológica, no una búsqueda dramática al
estilo de Indiana Jones, pero no obstante una búsqueda.
Mi meta era la esencia de la etnografía, y culminó con la publicación de mi libro,
Etnografía: una manera de verla, publicado en 1999. Hoy voy a hablarles acerca de
mi búsqueda: cómo la hice y qué encontré.
La idea de escribir un libro acerca de la etnografía se me ocurrió durante un almuerzo
en noviembre de 1995, hace casi ocho años. Acababa de publicar un libro con Mitch
Allen, editor y publicista de Alta Mira Press. Yo pensaba que nuestro almuerzo era
para la celebración de este evento, pero Mitch inició nuestra conversación con su
habitual pregunta, "¿qué vas a escribir para nosotros, próximamente?"
Mitch Allen ha sido el responsable de los últimos cinco libros que he escrito. Su
pregunta ha sido siempre la misma. Él espera mi respuesta cerca de cinco segundos, y
si yo no le doy ninguna idea, él presenta aquella que ya tiene en mente. Como mi
primer libro contempla aspectos generales de la investigación cualitativa, me lanzó la
sugerencia de que ésta vez escribiera específicamente sobre etnografía-
Me gustaron la idea y el reto. Yo había empezado a aprender y a trabajar en
etnografía hacía más de cuarenta años, y había venido escribiendo y enseñando; esto
me ayudaría a profundizar una causa que he compartido con otros: mantener la
distinción de la etnografía claramente identificable como otro estilo de investigación,
antes que hacerla aparecer como un sinónimo de la investigación cualitativa en
general. Hacia este fin he estado orientado por comentarios de mis colegas, ansiosos
de hacer etnografía como "usuarios amigables" y no simplemente lanzarse a ella
como otra forma de investigación cualitativa. Ellos dejan de apreciarla, aunque
tratan de preservar aquello que le es único, cual es la contribución especial que tiene
que cumplir.
Pienso que la primera persona que lo trató como "sólo otro sinónimo de
investigación cualitativa" fue mi colega Louis M. Smith, profesor de Psicología
educativa en la Universidad de Washington, en St. Louis. Tan sólo sus comentarios
me sirvieron de inspiración pero la misma idea reapareció con frecuencia en palabras
de otros investigadores cualitativos y de otras áreas. Cito lo escrito por Louis Smith,
en 1978:
"El género de investigación que se conoce con una variedad de rótulos
como etnografía educativa, observación participativa, observación
cualitativa, estudio de caso, o estudio de campo. En muchos casos los
utilizaré como sinónimos."
Lou Smith quería que los investigadores se sintieran cómodos con las similitudes de
los diferentes abordajes cualitativos. Creo que mi reacción fue impedir que mis
colegas se sintieran muy cómodos. Yo he trabajado hacia una meta diferente aunque
no incompatible, para preservar cualquier contribución única de la etnografía, tanto
conceptual como metodológica.
Hoy, esto es una preocupación, porque en el primer borrador de Etnografía: una
manera de verla, el editor, Mitch Allen me dio la tarea de escribir lo que parecía
inaccesible: hacer la etnografía para todos, menos para un grupo selecto, estimado en
cerca de "30 personas en todo el mundo". Mitch quería que yo ayudara a los lectores
a aprender más acerca de la etnografía, y no que les dijera que realmente no lo
estaban haciendo. Al revisar el borrador, creo haber tenido éxito en esa tarea sin
perder de vista mi objetivo inicial, mostrar que hay algo especial y particular en la
etnografía. He tratado de mostrar la etnografía como algo especial pero no
inaccesible.
¿Pero, ¿qué es lo que hace especial la etnografía? ¿Qué es lo que realmente se puede
esperar cuando se dice que se debe hacer etnografía, antes que emplear otros
esquemas conceptuales (análisis de conversación, interaccionismo simbólico,
metodología etnográfica), o un nombre genérico que no conlleve un vínculo con una
disciplina particular -términos como estudio de observación participativa, estudio de
caso, o estudio naturalístico?
¿Qué hace un estudio etnográfico? ¿Cuándo es importante esta pregunta? Y si
usted desea su estudio "más etnográfico", ¿qué tiene que hacer? Yo nunca he sentido
que realmente haya "puntualizado" la esencia de la etnografía de tal manera que
pueda explicar qué tiene o qué le falta a un estudio particular para calificarlo en esa
categoría. Escribir el libro propuesto me permitió, me animó, de alguna manera me
forzó, a rastrear la esencia de la etnografía. Yo acepté el reto de Mitch como una
manera de repensar y encontrar la "verdadera" etnografía.
Allí es más o menos donde me encontraba durante esos años, elaborando la
propuesta de un esquema para el libro. Al mismo tiempo avanzaba construyendo un
inventario de los atributos críticos. Empecé a revisar la lista de atributos, y a medida
que los identificaba los agregaba a mi creciente inventario. En total identifiqué una
docena de atributos que uno razonablemente puede y espera encontrar en un informe
etnográfico. Esta lista podría ser más larga o más corta, pero para mi propósito, doce
me parecieron suficientes (de todas maneras, me gustan las cosas de a tres o múltiplos
de tres). Trataré de decir algo acerca de cada uno y mostrar cómo encajan en el
panorama general. Ésta no es una lista técnica; pienso que ustedes difícilmente
escucharán un término no familiar o una idea inesperada.
En cierto sentido todos estamos haciendo, todo el tiempo, lo que los etnógrafos hacen
parte del tiempo, excepto que nosotros lo hacemos para cumplir los propósitos
individuales y no para hacer descripciones de la conducta social colectiva de otros. Y
permítanme sugerir un propósito directo de la etnografía.
Nosotros conducimos nuestros estudios con el fin de examinar cómo los otros
orientan sus vidas, y así obtener una visión más clara de las nuestras. Ésta es una
forma, pero por supuesto no la única, de estudiar el potencial humano. Por el
momento no abordaré el problema que algunos de estos atributos ponen en el campo
de trabajo, ya revisaré posteriormente la lista de estos apuntes para hacer eso.
Tampoco hay una secuencia especial en la manera como los discutiré. Es solamente
una colección de atributos - expectativas razonables acerca de lo que esperamos de la
etnografía.
Recuerdo que, una vez, un antropólogo sintetizó que la etnografía es holística, trans-
cultural y comparativa. Considerando que la etnografía es la mano derecha de la
antropología cultural, debe tener sus mismas cualidades, así que empezaré mi
inventario con esos atributos.
1. La etnografía es holística. Posiblemente el término holístico ya no esté de moda.
Mejor tal vez es la idea de que la etnografía es muy sensitiva al contexto, y a
múltiples contextos. Yo estoy muy influenciado por la idea de que el
comportamiento humano está "sobredeterminado"; siempre hay múltiples
factores que influyen en cada comportamiento. En consecuencia, siempre
debemos considerar múltiples causas e influencias en nuestras acciones.
2. La etnografía es transcultural. Es el estudio del otro, otra forma de vida. Difícil
de argumentar como descripción general.
3. La etnografía es comparativa. Cada cosa que hacemos y comprendemos se basa
en comparación. Al ser transcultural permite la comparación. Pero la etnografía
es comparativa de múltiples maneras, no un listado interminable de similitudes y
diferencias, pero como dice el antropólogo Clifford Geetz busca "relaciones sistemáticas entre fenómenos diversos, no identidades sustantivas entre similares"
Establecidos estos puntos como base, fue relativamente fácil identificar los otros a
medida que se avanzó en el trabajo. Identifiqué nueve atributos adicionales que
consideraba englobaban colectivamente la esencia de la etnografía.
Verdaderamente, al inicio parecía difícil imaginarse la etnografía sin todos y cada
uno de ellos, así que continué desarrollando mi lista.
4. La etnografía informa acerca de experiencias propias.. El etnógrafo ha estado
ahí, el informe es personal y de primera mano.
El trabajo de campo algunas veces se describe como "vivir su camino dentro de
una cultura". El etnógrafo se toma a sí mismo como el primer instrumento para la
recolección de los datos. Y ¿cuál podría ser el mejor instrumento para observar la
conducta humana? En verdad somos censurados por algunos colegas de otras
disciplinas que se sorprenden con nosotros porque construimos nuestros propios
datos. Pero, ¿no es esto preferible a depender completamente de datos obtenidos
por otros?
5. La etnografía se conduce en escenarios naturales. No hay nada inventado en la
conducta de los etnógrafos que observan y anotan, sin grupos de control ni
situaciones hipotéticas: personas reales que actúan como lo hacen en sus
ambientes cotidianos. Cómo actúa realmente la gente, cómo dicen que actúan, y
cómo dicen que deberían actuar, son los datos con los trabajamos.
6. La etnografía requiere conocimiento íntimo y prolongado. El tiempo trabaja a
favor del etnógrafo. Nadie puede mantener una apariencia indefinidamente, así
que el etnógrafo eventualmente ve las cosas como realmente son. James Clifford
describe la etnografía como "un encuentro investigativo especialmente profundo,
amplio e interactivo". También la he visto descrita más modestamente como "una
entrega profunda".
7. La etnografía es no evaluativa. Suspender todo juicio es la orden para cada día.
El etnógrafo quiere ver las cosas como son y cómo encajan todas para formar
patrones. El etnógrafo no está ahí para juzgar.
8. La etnografía es básicamente descriptiva; y una descripción amplia, obviamente,
es mejor que una concisa. Consistente con no hacer juicios, el informe se basa en
lo observado, no en cómo el etnógrafo siente acerca de ello.. No hay espacio para
esto en el informe final, pero los puntos de vista personales se mantienen
separados, y hasta hace poco, no eran parte del informe etnográfico. En muchos
de los clásicos etnográficos, los británicos especialmente, los etnógrafos no
aparecían.
9. La etnografía es específica. Es local y particular - individuos en lugares
específicos y en un tiempo determinado. Está siempre fundamentada en instancias
específicas para observación de la conducta. Es acerca de alguien, no de todo el
mundo.
10. La etnografía es flexible, adaptable.. El etnógrafo trabaja con un diseño de
investigación "abierto", si es que en realidad hay algún diseño, o un propósito
continuamente refinado a medida que el trabajo avanza. La hipótesis es que usted
tiene que estar presente en el medio, para describir cuál es la pregunta apropiada,
o cómo va a indagar acerca de ésta. Para el etnógrafo, los datos conforman la
teoría, no lo contrario.
Algunas veces se menciona el proceso descrito como "dialéctico". Como en la frase
de Michael Agar, la etnografía es "dialéctica no lineal" Tomo la descripción de Agar
sobre la etnografía como un enfoque selectivamente cerrado, lo que él denomina la
"aproximación en embudo"cuando escribe:
"En etnografía... usted algo aprende ("datos obtenidos"), luego trata
de encontrarles algún sentido ("análisis"), luego revisa si las
interpretaciones tienen sentido a la luz de nuevas experiencias
("obtener más datos"), se refina la interpretación ("mayores análisis")
y así sucesivamente. El proceso es dialéctico, no lineal."
La etnografía es corroborativa. Una buena norma para el trabajo de campo es
no apoyarse en una sola fuente de datos. Un término popular para esto es
"triangulación". Verdaderamente, la triangulación es tan popular que he
escuchado a entusiastas estudiantes de postgrado describirla como el método
que pretenden seguir. Cómo chequear sus datos o confirmar sus fuentes podría,
en algún momento, convertirse en método, es algo que no entiendo; pero esto
no significa que usted no deba confrontar sus fuentes. En un seminario sobre
trabajo de campo, uno puede ir tan lejos como para declarar que nunca
reportarían un dato que no haya sido confirmado.
11. La etnografía es idiosincrásica e individualista. Su aproximación encaja
bien con el ethos de la auto-confianza e independencia -la etnografía es
más frecuentemente lograda por una persona que asuma la plena
responsabilidad de un estudio, desde su propósito hasta el informe final.
12. Ningún estudio es exactamente igual a otro, y cada estudio tiene el sello de la persona que lo orienta. Dado que existen múltiples escenarios culturales, no es necesario
que alguien vaya exactamente al mismo sitio a estudiar justamente un caso
igual en el mismo tiempo. Generalmente, aún un re-estudio será conducido
por la misma persona que hizo la investigación original.
A medida que avanzábamos en la escritura del texto y en rastrear los atributos,
presumí que mi lista se tornaría aún más concisa. Los puntos relativamente
menores serían subsumidos para hacer más fuertes los más importantes.
Eventualmente asumí que la lista sería "cocinada" en unas pocas características
fuertes que yo podría identificar como el contenido "esencial" de la etnografía.
Pero no ocurrió así. A medida que crecía mi lista, empezó a formarse una
sombra de duda acerca de las cualidades que había identificado. Cada
característica que me parecía esencial para la etnografía tenía algunas
condiciones o problemas especiales, o un aspecto o sutileza que la debilitaba
para ser considerada absolutamente esencial para el atributo.
Permítanme retomar de nuevo la lista, ahora de manera más crítica, para cuestionar si cada
una de las características identificadas es una característica de cada etnografía,
una necesidad absoluta sin la cual la pretensión de la etnografía puede lograrse.
1. La etnografía es holística. Esta es una buena meta y un sabio consejo para
el investigador de campo. Sin embargo, no sería un criterio para la evaluación
de un estudio. Usted puede quedar atrapado en cualquiera de las dos. Si está
muy centrado en el enfoque puede ser criticado porque no ha ofrecido un
contexto suficiente. Y si se atiene demasiado al contexto, se somete a la crítica
porque no se concentró suficientemente en el enfoque.
Básicamente, la preocupación es sobre el balance en términos del propósito
del estudio. Este es el clásico dilema de los cuenteros: ¿qué guadañadora usar
para cortar?
Comprometidos en atender el enfoque y la periferia, tal vez la mejor estrategia
es hacer lo que usted crea mejor. Al etnógrafo lo asustan las advertencias de
que la antropología podría llegar a ser solo historia lo cual nos hace desear
estar seguros de que nuestros recuentos sean siempre algo más que esto.
2. La etnografía es transcultural. Reconocemos que la etnografía tuvo sus
inicios en estudios transculturales, reconocemos que lo ideal sería que cada
persona interesada en realizarla pudiera tener alguna experiencia previa en
otro contexto cultural o realizara inicialmente un trabajo de campo en un
contexto similar. Pero varias cosas se oponen a ello:
• No es práctico que todo el que quiere hacer etnografía tenga una
experiencia previa en una cultura dramáticamente diferente.
• Las oportunidades para una experiencia transcultural son limitadas, aún
para aquellas que tienen el tiempo y la inclinación porque hay resistencia de
algunos grupos a recibir etnógrafos que "los estudien".
• Especialmente por fuera de la disciplina de la antropología,: nosotros
mismos hacemos parte, con frecuencia, de grupos que queremos estudiar:
educadores investigando escuelas, enfermeros (as) haciendo estudios en
hospitales o a otros trabajadores de la salud; o un etnógrafo de la institución,
estudiando las relaciones dentro de la empresa, etc.
• Con términos como "auto-etnografía", flotando en el ambiente, podría
asumirse (incorrectamente) que en la actualidad usted podría hacer etnografía
sobre (o "de") usted mismo.
Los ambientes transculturales podrían estar donde está la acción, pero hoy
estos métodos han sido llevados al hogar. Aún para los antropólogos el ideal de
estudio transcultural previo, por lo menos en una sociedad dramáticamente
diferente, sigue siendo una meta deseable, pero no siempre alcanzable. En
ausencia de diferencias culturales dramáticas, hoy hacemos más diferencias
microculturales, reconociendo con el antropólogo Ward Goodenough, que
todos participamos en múltiples sistemas culturales, que el multiculturalismo
es la "experiencia normal humana". Reconocer que los empleados del mercado
local, del restaurante, de la estación de bomberos tienen una "cultura" propia
hace que de alguna manera le falte el aspecto dramático sobre la clase de
perspectiva que una Margaret Mead o Branislaw Malinowski -o Indiana Jones-
podrían tener de su trabajo.
Nos consolábamos pensando que donde los etnógrafos alguna vez buscaron
lograr que lo extraño fuera familiar, los etnógrafos de hoy con mayor
frecuencia necesitan hacer lo familiar extraño (para aquellos de ustedes que
hicieron el taller, piensen en el problema para lograr que la directora de la
escuela se haga lo "suficientemente extraña", para que pueda ver su propio
"ciclo anual" diferente al de sus maestras. Así se hace "extraño" lo "familiar")
3. La etnografía es comparativa. Si se supone que la etnografía es
comparativa, ¿qué es aquello que usted supone debe comparar? La
comparación transcultural fue en un momento la pauta a seguir. De hecho, en la
época de la antropología de escritorio, cuando los diálogos se basaban en los
informes de primera mano de alguien, tales como los misioneros o los
aventureros, se hacían comparaciones interminables de personas con quienes
estos académicos no tenían una experiencia de primera mano.
Este tipo de comparación pasó de moda hace años, y precisamente la forma en
que hacemos y empleamos hoy la comparación, me desconcierta. Yo aconsejo
a los investigadores de campo hacer el mínimo de comparaciones posibles.
Las comparaciones tienden a alejar nuestra atención de lo que se observa. En sí
misma la comparación puede volverse interminable y torpe.
En la antropología norteamericana se hace con frecuencia una distinción entre
etnografía y etnología. Etnografía es la descripción de la forma de vida de un
grupo humano, etnología es la comparación de dos o más grupos diferentes. Su
tarea como etnógrafo es hacer una descripción cuidadosa, por lo menos hasta
que usted vaya a dirigir su segunda o tercera investigación; o a estudiar un
grupo durante un período largo como tienden a hacerlo los etnógrafos
británicos.
Considero que en la investigación cualitativa se le da mucho crédito a la
comparación, especialmente a las comparaciones en la escala de lo que puede
hacer un estudiante que realiza una tesis de maestría o una disertación doctoral
con orientación descriptiva. Con mucha frecuencia he presenciado cuando a los
estudiantes se les anima para que "aumenten sus números", es decir hacer dos,
tres, cinco casos "pequeños" en lugar de restringir sus observaciones a un sitio
estudiándolo en profundidad. La creencia es que esto hará el estudio más sólido
o más específico. Pero lo que ocurre es que esos números mayores actúan
como denominadores; reducen el tiempo que se puede dedicar a cada caso
individual. Si usted elabora tres "pequeños" casos, cada uno recibirá un tercio
de la atención del tiempo que usted dedicaría si se hubiera enfocado en uno
solo. Esto estaría bien si quiere observar un rango de prácticas posibles - pero
dónde va a dar el contexto si usted realmente está dirigiendo una sola
investigación, ¡La etnografía no es la mejor manera de dirigir una
investigación!
Cuando llega el momento de comparar, como inevitablemente ocurre, así usted
trate de resistirse, puede guiarse por Clifford Geertz, quien aconseja observar la
"relación sistemática", antes que caer en la tentación de investigar simplemente
las similitudes y las diferencias.
Aquí estoy, tratando de explicar una tradición que exhorta a ser holístico,
transcultural y a comparar pero que más bien resulta con preguntas en
relación a si estos atributos forman parte de los fundamentos sólidos en los
cuales se basa la etnografía contemporánea. Existen entre éstos un número
deseable de rasgos encontrados con frecuencia en la etnografía, aunque no son
atributos básicos. Su importancia parece disminuir a medida que la
investigación etnográfica se adapta a las circunstancias actuales. Nos gustaría
hacerles seguimiento, pero no siempre podemos adaptarlos. Para continuar
examinando la lista:
4. La etnografía reporta experiencia de primera mano. Bien, finalmente aquí
hay un rasgo característico de toda etnografía: la presencia del etnógrafo en la
escena que se está reportando. Virtualmente esto es un imperativo! Excepto,
por supuesto, en situaciones donde "estar ahí" es imposible, impráctico, ilegal
y algunas veces sólo inconveniente. Los etnógrafos con frecuencia se van a
extremos para "estar allí", pero uno puede fácilmente pensar en límites dentro
de los cuales se sienta satisfecho con los datos de una entrevista y no insistir
en la observación de primera mano. Me vienen rápidamente a la mente los
estudios sobre la vida en prisión o de la prostitución, pero aún para los
etnohistoriadores no hay manera de llegar al pasado, excepto a través de la
memoria cultural de los informantes ancianos. Podemos mirar esto como
cambios recientes de los eventos, con etnógrafos que conducen su carro a los
sitios de estudio temprano en la mañana, o aún tomando el metro. Sin embargo,
de Franz Boas, el llamado padre de la antropología americana, se dice que
esperó impacientemente en su cuarto de hotel en Port Ardí, en British
Columbia, Canadá, para que sus informantes kwakiutl, aparecieran, o fumando
cuando no cumplían las citas. ¡Eso fue hace más de 100 años!
Y aún si usted está ahí -en el sitio y en persona- su presencia difícilmente
garantiza la exactitud y la totalidad de sus datos. Usted no puede estar en todas
partes al mismo tiempo.Sus propios sesgos limitan y distorsionan lo que
observa, y su sola presencia hace exigencias sobre su tiempo y energía, porque
implica hacer arreglos para comer, dormir y atender las necesidades personales,
y también alejarse de las personas que usted está estudiando, para mantener su
propia perspectiva. Si usted viaja todos los días a su sitio de origen puede
perder algo de la visión holística que se desea tener; pero si vive en el mismo
lugar, invariablemente estará importunado por alborotos y pequeñas envidias;
simplemente porque donde quiera que esté, usted no puede estar en otro sitio.
La idea de estar ahí representa una visión idealizada y romántica de cómo
debe dirigirse el trabajo de campo, algo que consideramos altamente deseable,
pero con frecuencia poco práctico, especialmente en nuestro caso. El tiempo
simplemente puede limitar la posibilidad de estar ahí, y es posible que no haya
ningún "ahí", por ejemplo, cuando se estudian las comunidades sin una
interacción cara a cara, tal como lo hacen los corresponsales del correo
electrónico, los radio-aficionados o las personas que se atraen sexualmente por
teléfono.
5. La etnografía se desarrolla en ambientes naturales. Es completamente
cierto que los etnógrafos no se imaginan los ambientes o situaciones que
estudian, pero no es tan fácil determinar exactamente qué constituye un
ambiente "natural". Escuelas, hospitales, prisiones, oficinas, fábricas, todos
son ambientes lo suficientemente comunes para parecernos "naturales" Sin
embargo, alrededor de ellos hay algunas cualidades no naturales.
Posiblemente los ambientes naturales son ellos mismos parte de la memoria
cultural, como eran las cosas en los "viejos tiempos" que son idealizadas al
confrontarlas con la realidad presente.
Tenemos que decir que existe una preferencia por estudiar las cosas en su
estado natural, pero elegimos ambientes que nosotros como etnógrafos no
manipulamos, ni podemos controlar. Algunas veces deseamos poderlos
controlar, mantener al margen las influencias externas (como nosotros) y que
permanezcan en su condición original. Nuestros esfuerzos al respecto son
algunas veces transparentes como cuando escribimos acerca de la gente como
si tuvieran poco a ningún contacto con el "mundo exterior", o escribimos
acerca de ellos en tercera persona, lo que sugiere que ni siquiera nosotros
mismos estábamos ahí para estudiarlos.
6. La etnografía requiere conocimiento íntimo y prolongado. El saber
exactamente qué constituye una relación íntima en el trabajo de campo, y por
cuánto tiempo debe sobrevivir una relación para calificarla como "prolongada"
parece que nunca hubiera sido considerado cuando se discuten los criterios para
el trabajo de campo. Así que éste atributo es algo así como una abstracción.
Sin embargo, tiene un marco de satisfacción. Posiblemente, en comparación
con otros estilos de investigación, podríamos llegar a pensar que los etnógrafos
son simplemente "mas" amigables, sus amistades "más" prolongadas, que
aquellas de cualquier otro tipo de investigación social. Como descripción
general y expresado comparativamente eso es correcto.
Pero los términos no son fácilmente operativos. ¿Qué tan íntimo es lo íntimo?,
volúmenes recientes referentes al sexo y al trabajador de campo, con títulos
como Tabú (Kelick y Wilson, 1995) o los dos volúmenes complementarios (de
Lewin y Leap, 1996 y 2002) Afuera en el campo y Fuera de la teoría, están
cuestionando esto? ¿Es la intimidad en sí misma necesariamente deseable,
siendo así que la amenaza de la traición ronda en todo informe etnográfico,
revelando cosas contadas confidencialmente o reportando descuidadamente
algo que incomoda a quien lo dijo?. Además, no todos los etnógrafos manejan
bien la intimidad o tienen el deseo de llegar a la intimidad de los participantes.
Pueden sentir temor de perder la objetividad que profesionalmente se sienten
obligados a mantener. También les pueden estar faltando habilidades sociales
propias.
La permanencia en el campo es con frecuencia una espada de doble filo. El
tiempo de permanencia, en sí mismo, no es garantía de un mejor trabajo de
campo. Parecería razonable asumir que los trabajadores de campo son tan
aptos para prolongar su estadía como para salir muy pronto. En cierto sentido,
mientras más tiempo permanezcan, tienen un mayor chance de forzar la
relación y antagonizar con alguien, o dar un gran traspiés. La desconfianza es
mucho más fácil de lograr que la confianza. Como su propósito es recolectar
información, la mayoría de los trabajadores de campo "hacen su mejor papel",
por lo menos durante un tiempo. Pero mientras más tiempo se permanezca,
menos posible será "mantener la máscara" o jugar sólo el rol de investigador.
Posiblemente la mejor manera de lograr una relación a largo plazo es
permanecer un período amplio, no continuo, lo que se logra con visitas
intermitentes. Esto es posible en el transcurso de una carrera. Sin embargo,
este no es el tipo de consejo que uno desearía escuchar cuando empieza a
trabajar. La atención está dirigida al tiempo mínimo necesario. Pero cuando
estas preguntas se vuelven un tema candente, debemos preocuparnos por dirigir
nuestros esfuerzos a recortar la práctica etnográfica. Cómo responde usted la
pregunta: "¿Qué tan corto puede ser un estudio de largo plazo?".
7. La etnografía no es evaluativa. Se aconseja al etnógrafo no precipitarse en
sus juicios. Pero es difícil guardarse los juicios aún bajo la apariencia del
aprendizaje acerca de cómo vive la gente.
Nosotros estudiamos al Otro sin intención irrespetuosa, pero sufrimos con lo
que siempre surge como la posición privilegiada del observador. Cambiamos
nuestro lenguaje: ahora nosotros estudiamos con usted, tenemos cuidado de no
llamarlos nuestros sujetos. Tampoco queremos llamarlos nuestros informantes,
aunque ustedes nos informan Incluso nuestra posición relativista se ha vuelto
relativa. A medida que surge la ocasión para que los etnógrafos acepten las
asignaciones específicas de regular o evaluar, súbitamente admitimos que
después de todo somos adictos a las evaluaciones. Simplemente reivindicamos
aproximarnos a tales asignaciones de otra manera, con el enfoque de tratar de
comprender lo que es en lugar de lo que debería ser. Y nos acercamos a
nuestros estudios sin malicia.
Pero ciertamente no quisiéramos ser dejados por fuera si la evaluación ocurre
donde está la acción. Independientemente de la posición profesional esperada,
es de la naturaleza humana tener preferencias, aunque no es una buena idea
revelarlas. Los etnógrafos han encontrado una forma de resolver el dilema
contrastando ser objetivo con ser neutral, tomando la posición de que uno no
necesita ser neutral para ser objetivo. En síntesis, hacemos juicios, si eso es lo
que se quiere, no los hacemos si eso es lo que se desea. "Juicios diferidos"
parece un rótulo cómodo, convenientemente impreciso, probablemente tan
cercano del trabajo de campo como uno quiere que esté sosteniendo la torta
y también comiéndosela.
8. La etnografía básicamente es descriptiva. La mejor manera para no ser
evaluadora es ser altamente descriptiva, atender a lo que es, y lo que quienes
están en el medio hacen de ello,mejor que preocuparse con lo que está mal o
con lo que debería ser. Pero la descripción es interminable. Margaret Mead y
Branislaw Malinowski, dos de nuestros más sobresaliente ejemplares, han sido
acusados de "descripciones sin objeto" y cualquiera que haya tratado de ofrecer
una descripción completa de algo, reconoce que potencialmente es una
actividad sobre la cual no se tiene control. Una descripción minuciosa es mejor
que una superficial, pero, ¿cuándo es suficiente? Y si podermos darnos cuenta
de esto considerando que contextualizar es uno de nuestros fuertes,¿qué tan
lejos podemos llegar, a qué nivel de detalle, teniendo en cuenta que la atención
que le dediquemos al contexto nos distrae del enfoque?.
Además, un llamado a la descripción implica, de alguna manera, un acto puro,
porque cuando describimos nos liberamos de los juicios o de ideas
preconcebidas. Sin embargo, como lo observó alguna vez William James, -
usted no puede siquiera coger piedras en un campo sin una teoría-
La descripción requiere que se hagan elecciones - qué se va a describir, en qué
nivel de detalle, mientras que algo es ignorado o descrito con menos detalle.
Algunas veces se refieren a la descripción pura como ligera, como una
"percepción inmaculada". La etnografía enfatiza en la descripción, pero cuando
usted se encuentra "haciéndola", puede sentirse sorprendido de lo inseguro que
se siente, y lo imposible que puede volverse hacer una descripción pura o
completa.
Al mismo tiempo, usted termina con más descripción de la que puede incluir.
Y mientras más completa está, más posibilidades tiene de dejar descubiertos
temas considerados personales y privados. Así, que mientras más conoce,
mayor es el problema que puede tener para decidir qué necesidades reportar,
qué puede omitirse, y definitivamente qué debe omitir. Después de todo la
"descripción básica" no es un camino fácil de seguir.
9. La etnografía es específica. Clifford Geert considera como
"microscópica" la descripción etnográfica, dicho llanamente: "no hay ascenso
a la verdad sin un descenso correspondiente a los casos". Otra fortaleza que
puede convertirse en debilidad. Nuestros casos son sencillos, "¿qué puedo
aprender de un solo caso", nos preguntamos repetidamente. Pasaron años antes
de que yo entendiera claramente la respuesta, "todo lo que podamos". No
obstante, nuestras generalizaciones son siempre dudosas, nuestros esfuerzos en
la teoría son saltos gigantescos desde lo que observamos en nuestra interacción
cotidiana hasta las descripciones universales de la conducta humana. En los
esfuerzos por permanecer relevantes en el tiempo, uno escucha actualmente
que hay antropólogos cuya especialidad es la "etnografía del estado". A mí me
parece un esfuerzo curioso en ambas vías. Siento mayor consolación con las
palabras de Geertz acerca de esa consideración: "no es necesario conocerlo
todo para poder entender algo".
Pienso que la solución para los etnógrafos, y para los científicos sociales de
toda clase, fue resumida hace más de 50 años por Clyde Kluckhohn y Henry
Murray en su colección denominada Personality in nature, society and culture
cuando escribieron, con el lenguaje de la época:
Cada hombre es en ciertos aspectos:
a. Como todos los hombres.
b. Como algunos otros hombres.
c. Como ningún otro hombre.
Lo que decían acerca de los individuos es cierto tanto para las micro culturas
como para culturas nacionales. Ser particularista parece "natural" para la
mayoría de los etnógrafos, pero no todos los etnógrafos son iguales, y tampoco
lo son sus etnografías. Algunos se aproximan a su grupo de estudio como si no
hubiera individuos, sólo "gente" que parece actuar al unísono; mientras otros
construyen sus relatos alrededor de un solo individuo a través de la historia de
vida antropológica o de una "autobiografía etnográfica".
10. La etnografía es flexible, adaptable. Si no podemos lograr que la
etnografía se mantenga quieta, posiblemente podemos recomendar que sea
flexible y adaptable.
Y verdaderamente lo es. Desde la perspectiva del etnógrafo, lo que puede ser
una de sus mejores características es que le permite a él o ella aprovechar
cualquier oportunidad que surja. A esto lo llamamos serendipidad.
Pero una aproximación tan flexible y adaptable deja una seria duda acerca de
cómo proceder. No se desconoce entre las filas de los antropólogos - los
menos conocidos, me apresuro a agregar - que algunos están tan
impresionados con las posibilidades ilimitadas de las cosas que pueden ser
estudiadas que prácticamente nunca llegan a estudiar algo Pero aún en el
caso de quien encuentra riqueza de oportunidades dondequiera que esté, nunca
queda bien claro para las personas ajenas al ambiente, con qué va a salir el
etnógrafo.
Si usted contrata un etnógrafo para trabajar en un proyecto, o envía un
estudiante durante un año a hacer trabajo de campo, nunca estará seguro de
cuáles van a ser los resultados. Esto hace que tanto el etnógrafo como la
etnografía sean como una carta incógnita. He visto definida la etnografía como
aquello que hacen los etnógrafos. Cuando usted está empezando un estudio,
esta clase de advertencia es de muy poca ayuda.
11. La etnografía es corroborativa. Una de sus fortalezas es que usamos
múltiples fuentes de datos.Cuando el trabajo de campo es a largo plazo, esto
incrementa la confianza del investigador en su relato. Nosotros podemos no ser
concientes de hasta qué punto estos relatos dependen con frecuencia de pocos
informantes -posiblemente uno o dos voluntarios que quieren
hablar largamente y responder a nuestras preguntas.
Estas largas estadías en el campo tienen el riesgo de fijarnos a unos pocos
canales para recolectar los datos, y a cerrar, antes que ampliar, nuestras fuentes
de información.
La triangulación parece muy deseable cuando se comenta en un seminario,
pero ¿cómo hace usted para chequear lo que le están diciendo los informantes
sin crearles tensión, o aún rivalidades en la comunidad, "quién le dijo eso?"
Dependemos de nuestros informantes aunque no queramos admitir nuestra
vulnerabilidad ni tampoco sugerir la fragilidad de lo que podemos reportar.
Se ha sugerido que nos preocupemos más de que nuestras afimrciones sean
confirmables, pero se podría exagerar la tentativa en un recuento si usted
inicia cada frase recordando que por supuesto, éste es sólo un detalle en un
momento específico en el tiempo.
Finalmente parece que los lectores son quienes deciden sobre el "verdadero
valor" de nuestros recuentos, evaluándolos como más o menos exactos en
cualidades tales como "validez interna", que no significa que todo sea "verdad"
sino que todo el relato sea plausible. Como recuerda Paul Kutsche a los
antropólogos principiantes en el trabajo de campo: "Recuerden que ustedes
están construyendo el modelo de una cultura, no diciendo la verdad acerca de
sus datos; existen numerosas verdades"
12. La etnografía es idiosincrásica e individualista. Bien, finalmente un criterio
sólido. Pero difícilmente muestra el camino excepto para declarar. A largo
plazo, tenemos que juzgar cada esfuerzo por sus propios méritos. No hay
un modelo estándar, ninguna manera absoluta de evaluar todas las etnografías.
Y lo que parece cierto hoy, fue verdad aún "más atrás". Roger Sanjek reporta
que en 1927 Margaret Mead quería escribir una segunda monografía más
académica para completar el trabajo que acababa de terminar, Coming of Age
in Samoa, dirigida a una audiencia general. Antes de empezar, Mead identificó
y leyó gran cantidad de lo que hoy reconocemos como "clásicos" de la
etnografía. En sus propias palabras, "yo reuní una serie de monografías del
período... y estudié su organización" Y lo que la autora descubrió, como lo
dice Sanjek, fue que la "organización" en cada uno de estos trabajos era única.
Cito a Sanjek:
"No había un modelo simple para todos los propósitos, en el cual sus
datos de Samoa pudieran atarse a los resultados de la monografía.
Cada autor presentó un volumen de materiales, y cada uno estaba
diseñado con una arquitectura interna sobre la cual se sostenía"
Estas dos particularidades, riqueza de detalles etnográficos y un
coherente marco de referencia, continúan animando la "estética"
antropológica.
Bien, aquí estamos. Después de buscar las esencia de la etnografía durante
mucha parte de mi vida profesional, y de hacer un esfuerzo concertado durante
los años que dediqué a preparar los primeros borradores de La Etnografía: Una
manera de verla, finalmente descubrí lo que Margaret Mead había logrado en
1927: no hay una definición para un propósito general, o un modelo para
la etnografía. Mis criterios no dan una guía completa para lo que yo había
estado buscando. La mayoría estaban presentes la mayor parte del tiempo,
pero ninguno de ellos parecía ser absolutamente esencial.
Decidí entonces que lo que se necesitaba era una analítica diferente. Con toda
seguridad no soy el primero en tomar el camino erróneo tratando de identificar
la lista de atributos o rasgos críticos de algo.
Estoy trazando analogías para ayudar a examinar y explicar las cosas. Las
analogías son una herramienta práctica para la investigación cualitativa,
ofrecen una manera de realizar comparaciones sin tener que emitir juicios. Lo
que yo necesitaba en este caso era una analogía que permitiera condiciones
comparables a aquellas que yo encontraba como características de las
etnografías en general:
Un número de ingredientes generalmente presentes, ninguno de los
cuales es absolutamente esencial, el producto final en cada instancia
particular refleja la única combinación de los ingredientes que lo
componían.
La serendipidad me encontró en la feria de verano, y una deseable y verdadera
analogía fortuita se presentó mientras hacía un recorrido casual por los puestos
de exhibición de las panaderías. Que tal si decidiera hacer la etnografía de los
panaderos? El pan tiene una serie de ingredientes comunes, pero no uno
esencial. Es algo que toma forma en cada instancia de acuerdo con los
propósitos, y de las manos del individuo que lo prepara.
No voy a introducirlos en el arte y ciencia de la panadería, por lo menos no más allá
de explorar la analogía que he presentado. Nunca he asado un pan. Espero que no
encuentren problemas serios con la analogía, porque estoy seriamente comprometido
con éstas por lo menos en este escrito. Es posible que ustedes se pregunten por qué
quiero explorar la analogía antes que compartir más con ustedes acerca de la
etnografía. No quiero darles la impresión de que con esta conferencia final, ustedes
habrán escuchado todo lo que se debe saber acerca de la etnografía. (Si están
interesados léanse algunas etnografías).
Pero si entienden la analogía, podrán apreciar por qué los atributos de la
etnografía son un poco ambiguos y cómo incluyen más que la recolección de
datos. Deben entender por qué la etnografía es más que un método, aunque el
método sea parte de ella.
Para hacer pan en la forma como generalmente se elabora necesitamos
levadura, sal, grasa y varios ingredientes denominados aliños. Estos
ingredientes se agregan a las harinas obtenidas de los granos del trigo y de
otras semillas similares, todo se combina en una masa suave y se le añaden
uno o más líquidos adecuados. Pero si se piensa acerca de esto, observamos
que no hay un ingrediente particular común en nuestros panes, ni siquiera la
harina que parece esencial, obtenida de las semillas gramíneas, dado que ni el
trigo sarraceno ni el centeno, semillas según las considera el panadero, son de
la familia gramínea. Ni un solo ingrediente es común a todos los panes del
mundo.
El etnógrafo en el campo recoge el equivalente a los granos en forma de
pequeñas pepitas de "verdad"o "hechos percibidos", basados en datos de
observación, con frecuencia argumentados con datos ya recogidos por otros. La
etapa de recolección de datos incluye seleccionar entre lo que está disponible,
con algún propósito en mente, o recolectar lo que esté a la mano para ver qué
puede hacerse con ello. Luego, los granos recolectados, como pedacitos de
datos, tienen que ser escogidos (usted no puede emplear toda la información
recolectada). Algunos son descartados, separados para su posible utilización en
otra ocasión. Lo que debe utilizarse se refina de acuerdo con el propósito y la
preferencia. Como ciertos panaderos, algunos etnógrafos prefieren trabajar con
materiales altamente refinados (yo los llamo "cuantificadores discretos" Otros
etnógrafos, como otros panaderos, insisten en que los ingredientes que van a
utilizar estén tan cerca como sea posible de los originales o en estado natural.
Ni en la panadería ni en la etnografía son los materiales en sí mismos, los
especiales. Como lo observa Geertz acerca del último, "no son sus orígenes
los que los recomiendan"
Estos son relativamente comunes, materiales corrientes recolectados de manera
ordinaria en la cotidianidad. Basarse en los hechos es otra característica destacable de
la etnografía. No son los recuentos de individuos heroícos que llevan a cabo hazañas
heroícas, sino de personas comunes cumpliendo con sus actividades cotidianas. Es lo
que se hace con la materia prima lo que convierte algunos recuentos en etnografía,
otros en biografía y otros en alguna clase de producto característico de otras ciencias
sociales o arenas de práctica Es lo que alguien hace con el intento explícito de
producir etnografía, lo que logra que la etnografía surja de algunos recuentos y de
otros no.....
Insisto en la analogía. Los granos y otros ingredientes para hacer el pan se
mezclan en una masa, sólo cuando se les agrega el líquido. Me sorprendí
cuando me di cuenta de la gran variedad de líquidos que pueden usarse: leche
descremada, leche entera o crema, agua, sopa o agua mineral, jugos de frutas,
crema agria, cuajada, café o té, cerveza, cerveza negra, además de las formas
líquidas de otros posibles ingredientes tales como melazas o miel, mantequilla
derretida, mantequilla vegetal o aceite, vinagre, huevos, etc.
Se me ocurrió que cualquier líquido o líquidos que se le agreguen hacen
posible combinar otros ingredientes secos (esos pedacitos de datos inanimados)
que son son lo que distinguen una aproximación de la otra. Es decir, todos los
investigadores cualitativos obtienen sus datos de escenas comunes de la vida
social cotidiana. Cómo seleccionamos entre combinar y darle forma a estos
datos, es lo que hace la diferencia. Esa selección y forma se logra en las
manos del investigador individual. La variación no es tanto una consecuencia
de los datos en sí mismos, sino de cómo se combinan con la adición de algo
que los enriquece lo que les permite cohesionarse. .
Para el etnógrafo, al menos en Estados Unidos, estos datos se trabajan como
masa cohesionada con la adición del concepto de cultura. La cultura no está
"ahí esperando modestamente ser descubierta", es algo que el etnógrafo
agrega porque es una forma de lograr que los datos sean manejables. (En
contraste, los etnógrafos británicos tradicionalmente han logrado resultados
comparables con la estructura social, y por supuesto, los americanos sentimos
que no funciona demasiado bien).
En un sentido técnico el antropólogo Ward Goodenough afirma que el
antropólogo "atribuye" cultura o estructura social a un grupo. Otros científicos
sociales que trabajan en disciplinas relacionadas tienen sus conceptos
preferidos para hacer un "enlace" en sus recuentos. Pueden agregar una o dos
alusiones de cultura, así como los etnógrafos extraen conceptos utilizados
predominantemente por otros científicos sociales, tales como "institución" en
sociología.
Pero si el producto final va a ser etnografía, "cultura o algún concepto
equivalente tal como estructura social, perspectiva global , o la interesante
noción de Jean Lave, de "comunidad de práctica", tienen que estar ahí. Los
datos obtenidos de las fuentes cotidianas por economistas, historiadores,
sociólogos, etc, agregan los conceptos que caracterizan sus disciplinas.
Ellos agregan los mismos conceptos que usan sus colegas con el fin de obtener
resultados comparables. Y les dan la información y la forma que esperamos en
las diferentes arenas de la práctica.
Aunque hay panes de elaboración rápida y rápidos etnógrafos, ordinariamente
esperamos que la masa atraviese unas serie de etapas. En su desarrollo el
recuento, como la masa, tiene que estar bien prensado para que no quede llena
de huecos agujeros. La analogía invita a una multitud de comparaciones. Lo
que deseo enfatizar es que el etnógrafo agrega algo que hace un estudio
etnográfico, el investigador del interaccionismo simbólico, fenomenológico o
feminista agrega algo diferente que aparece en resultados ligeramente
diferentes y así sucesivamente. Sus recuentos están salpicados de compasión,
humor, introyección, para adaptarse a los gustos de sus múltiples audiencias.
Uno no tiene que recibir entrenamiento formal como panadero para asar un
pan; ni tiene que hacer un entrenamiento formal en etnografía para hacer
etnografía; pero sí necesita una buena idea de los ingredientes comunes, las
posibles sustituciones, los aliños, la aceptación del rango de variación, y otros,
y una idea clara de cómo debe aparecer el producto final.
La valoración final está reservada para el producto final. Existen panaderos al
estilo antiguo y etnógrafos antiguos (como yo) que tienden a aferrarse a las
viejas formas de ensayar verdaderas recetas, el tratamiento estándar. Existen
otros a quienes les gusta experimentar o empujar los límites. Con frecuencia las
líneas se trazan entre generaciones. Los mayores se quedan fijos en su estilo y
denigran de nuevas tecnologías que parecen ignorar el carácter constructivo de
cualidades asociadas con el estilo antiguo, tal como la máquina que mezcla los
ingredientes del pan o los programas de computador para acelerar el
procesamiento de datos.
Tradicionalmente las etnografías han sido, y hasta donde las circunstancias lo
permiten siguen siendo caracterizadas como estudios:
• Holísticos
• Transculturales
• Comparativos
• Basados en experiencias iniciales
• Conducidos en ambientes naturales
• Resultado de conocimiento íntimo y prolongado
• No evaluativos
• Básicamente descriptivos
• Específicos o "particulares"
• Flexibles y adaptables
• Corroborativos
• Idiosincrásicos e individualistas
Sin embargo, ninguno de estos atributos parece ser indispensable, y
satisfacerlos todos no asegura la etnografía. La persona que hace etnografía
debe tener un sentimiento hacia aquellos ingredientes que son apropiados para
lograr el propósito y tener una idea general de las expectativas y limitaciones.
Es la apropiación de los datos lo que permite que el recuento sea cohesivo y
tenga la esencia de la etnografía. Es con algo que el etnógrafo pone dentro, no
con pedazos exóticos de datos, como se combinan los elementos en un todo
coherente, es permitiéndoles reposo y actividad, volviéndolos a trabajar y
finalmente dándoles forma satisfactoria e identificable. Trabajo de la mente, no
trabajo de campo.
Yo empecé buscando un grupo absoluto de atributos. Aquellos que identifiqué
eran habituales, no inviolables. Es así como los datos son suavizados y
trabajados en una masa cohesiva, eso es lo que tiene que agregarse para que se
logre el resultado propuesto. El antropólogo Paul Bohannan lo resumió con la
observación "sin un etnógrafo no hay etnografía" Cualquiera puede tomar
prestadas las técnicas de investigación, y todos nosotros obtenemos nuestros
datos de la experiencia cotidiana, tanto de la nuestra como de la de los demás.
Los resultados están cerca de producir etnografía cuando un investigador se
propone crear etnografía y tiene una idea clara de aquello en lo que está
comprometido.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Ethnography and Other Case Studies. Rev Res Ed 1978; 6:316-377
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Interpretation of Cultures. New York: Basic Books; 1973. p.44.
3 Agar M H. The Professional Stranger: An Informal Introduction to Ethnography.
New York: Academic Press; 1980.p.9
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2ed. San Diego, CA: Academic Press, 1996.p.62
5 Agar M H. The Professional Stranger: An Informal Introduction to
Ethnography.New York: Academic Press; 1980.p.23.
6 Geertz C. Thick description: Toward an Interpretative Theory of Culture. En:Geertz
C. The Interpretation of Cultures. New York: Basic Books; 1973.p.21
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C.The interpretation of cultures. New York: Basic Books; 1973.p.20.
8 Kluckhohn C. Murray HA.Personality in Nature, Society and Culture.
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9 Kutsche P. Field Ethnography: A Manual for Doing Cultural Anthropology. Upper
Saddle River, NJ: Prentice Hall; 1998.p.96.
10 Sanjek R. What Ethnographies Leave Out. XCP: Cross-Cultural Poetics; 1998.
Vol. 3.p.99
11 Geertz C. Islam observed: Religious Development in Morocco and Indonesia.
Chicago: University of Chicago Press; 1968.p.7.
12 Bohannan P. How Culture Works. New York: Free Press; 1995.p.157.
LECTURAS ADICIONALES
Page 33
• Goodenough WH. Multiculturalism as the Norman Human Experience.
Anthropol Educ q 1976; 7(4): 4-7.
• Marcus G. Sticking with Ethnography Through Thick and Thin. En: Marcus G.
Ethnography through thick and thin. Princenton, NJ: Princenton
University Press; 1998.
• Schensul JJ, LeCompte MD. The Ethnographer's Toolkit. Walnut Creek,
CA: AltaMira Press; 1999. Vol.7