Letras Libres abril 2007
LOS ANTROPÓLOGOS: DUEÑOS DE LA CULTURA
Los administradores del imperio británico no estudiaban administración, sino griego.Lo dice Ortega y Gasset en Una interpretaciónde la historia universal, y lo confirmaLeonard Woolf, que estuvo siete años enel gobierno de Ceylán, antes de casarse conVirginia Stephen: “No hacíamos otra cosa”que estudiar a los clásicos. P.N. Furbank explica que la educación de Woolf “estuvocentrada en los clásicos griegos y latinos;indispensables, como todos estaban deacuerdo, para un joven que aspira a gobernaren las colonias, o hacer cualquier otra cosa en el serviciopúblico” (The New York Review of Books, 21 xii 06).Así empezó también la antropología universitaria: por elestudio de las lenguas, textos, objetos y monumentos de laAntigüedad griega y romana. Leyendo a Heródoto y Esquilo,estudiando símbolos y mitos, analizando el derecho romano,Johann Jacob Bachofen vio rasgos contradictorios con las institucionespatriarcales de Grecia y Roma; los interpretó comovestigios de un derecho anterior, y postuló el matriarcadocomo una etapa previa de la humanidad.Las lecturas interpretativas se extendieron a los testimoniosde los primeros “antropólogos” de campo: los misioneros,navegantes, militares, comerciantes y otros viajeros; asícomo a los archivos de la administración imperial. De ahísalieron los libros de James Frazer, un filólogo clásico que leyóinmensamente y viajó poco. Finalmente, los antropólogosviajaron para estudiar en vivo a las comunidades étnicas. Elimperio apoyaba el estudio de las lenguas y culturas indígenascomo algo útil para administrar las colonias.Bachofen (1815-1887) publicó El matriarcado. Una investigaciónsobre la ginecocracia en el mundo antiguo, según su naturaleza religiosay jurídica, en 1861. Fue leído y celebrado por Lewis H. Morgan(1818-1881), cuyo libro La sociedad antigua. Investigaciones sobre elprogreso humano desde el salvajismo y a través de la barbarie hasta lacivilización (1877) fue leído y celebrado por Marx y Engels. En1884, Engels (1820-1895) publicó El origen de la familia, la propiedadprivada y el Estado, aprovechando la tesis de Morgan.Frazer (1854-1941) publicó la primera versión de La ramadorada. Un estudio de la magia y la religión en 1890, que amplióen ediciones sucesivas porque resultó un bestseller. Hay quetomar en cuenta que, en 1900, el número total de estudiantesuniversitarios en Inglaterra andaba por los 20,000; que sóloel 2% de los miembros del Royal Anthropological Instituteeran antropólogos universitarios (como Frazer, que se pasóla vida en el Trinity College); y que éstos, como los otros,escribían para el lector culto, no sólo para los colegas (HenrikaKuklik, The social history of British anthropology, 1885-1945). Deigual manera, tanto Bachofen, que fue profesor (de derechoromano en Basilea), como Morgan, Marx y Engels, que nolo fueron, publicaban para el público.Émile Durkheim (1858-1917) y su sobrino Marcel Mauss(1872-1950) publicaron Algunas formas primitivas de clasificaciónen 1902; y Mauss, Ensayo sobre el don en 1924. Estaban adscritos(universitariamente) a la sociología. Por entonces, no habíaGabriel ZaidensayoLos antropólogos,dueños de la culturaEn este ensayo, Gabriel Zaid estudia cómo la antropología ha sido la puerta deentrada del nefasto relativismo cultural y cómo es cada vez más una disciplinaacadémica, autorreferencial, sin contacto con el mundo real, al tiempo quedocumenta la etimología y los usos históricos del término “antropología”.abril 2007 Letras Libres 91ninguna cátedra antropológica en las universidades francesas,según Claude Lévi-Strauss (De près et de loin, conversacionescon Didier Eribon); aunque, según James Urry (Alan Bernardy Jonathan Spencer, Encyclopedia of social and cultural anthropology),la primera asociación de antropólogos fue francesa: laSociété des Observateurs de l’Homme, fundada en 1799.La antropología como disciplina universitaria distinta dela filología, de la historia natural, de la arqueología, de la historia,de la filosofía de la historia, del folclor, de la sociología, sefue constituyendo desde mediados del siglo xix. Tuvo su apogeohacia 1970, cuando Lévi-Straussalcanzó una celebridad mundial quenunca había tenido un antropólogo.La especialidad se extendió pormuchas universidades del planeta.La American AnthropologicalAssociation (www.aaanet.org) dicetener 11,500 miembros de 100 países.Son antropólogos de escritorio, másque de campo.Hubo un problema malthusiano.Los antropólogos se multiplicaban,pero las etnias intocadas por la culturaoccidental empezaron a escasear.La oportunidad de “ver a los otroscomo son, cuando sólo Dios los ve”fue desapareciendo. Los imperiosabandonaron sus colonias. La bogadel marxismo llevó a “desenmascararlos escritos antropológicos como lacontinuación del imperialismo porotros medios”. El turismo masivodevaluó la proeza de Haber EstadoAhí: se redujo a “una experiencia depostal turística”. Ahora los antropólogos “escriben sus relatoscon los atriles, las bibliotecas, las pizarras y los seminarios quetienen a su alrededor”. Estar Aquí, “como universitario entreuniversitarios, es lo que hace que la antropología se lea... sepublique, se reseñe, se cite, se enseñe”. (Clifford Geertz, Elantropólogo como autor.)Las tribus tradicionales, despojadas de sus antiguosterritorios por las tribus modernas (cuando no obligadas aquedarse para servir), acabaron arrinconadas en lugares dedifícil acceso, donde, al menos, podían subsistir y conservarsu identidad. Los antropólogos llamaron zonas de refugioa estos lugares. Hasta allá viajaban, para hacer estudios decampo. Pero acabaron en sus propias zonas de refugio: lasuniversidades, donde, al menos, pueden subsistir y defendersu identidad, haciendo estudios de campus.Según The Perseus Digital Library, que tiene una grancolección de clásicos en línea (www.perseus.tufts.edu),anthrôpologos aparece una sola vez en todo el corpus griego quealmacena. Es en la Ética nicomaquea iv, 3, 1125a5. Caracterizandoal magnánimo, Aristóteles dice que no es chismoso (anthrôpologos).H. Rackham traduce: “He is no gossip.” Pero, según elOxford English Dictionary, Filón de Alejandría (que no estáen Perseus) usó anthropologé para decir lo que hoy llamamosantropomorfismo.Con este mismo significado, aparece anthropologia en ellatín del siglo xvi, anthropologie en el francés del xvii, anthropologyen el inglés del xviii y anthropología en el español del xviii:“como cuando se atribuye a Dios trono, brazos, alegría, tristeza”(Diccionario de la lengua castellanade la Real Academia Española, 1726).Según Le Robert dictionnaire historique dela langue française, la palabra anthropologietuvo significados previos en francés:“repertorio de hombres ilustres”(1507), “ciencia que estudia el alma(psicología) y el cuerpo (anatomía)del hombre” (1690), “estudio científicode los caracteres biológicos del serhumano” (principios del siglo xix) yciencia de lo humano, especialmente“en el dominio sociocultural” (hacia1930, calcado del inglés). En inglés,hubo significados previos parecidos;pero, extrañamente, el oed omite laaparición histórica del actual, que presentacomo si “The science of man, orof mankind, in the widest sense” yaestuviera implícito en los significadosprevios. El uso actual (ciencia de lohumano) fue anticipado por ethnologie(1787) y ethnographie (1819) en francés,ethnography (1834) y ethnology (1842) eninglés, que hoy se entienden como parte de la antropología.La etnografía es descriptiva, hace inventarios de los rasgosde cada comunidad que estudia. La etnología pretende irmás allá del inventario, hacer teorías que conecten los rasgosobservados. Kant llamó Anthropologie a un curso que empezóa dar en 1772, publicado en 1797 y pronto reeditado (1800),por su amenidad. Pretende ser “un conocimiento del hombrecomo ciudadano del mundo”, y se ocupa de los rasgos de loscuatro caracteres, los dos sexos y varios pueblos (alemanes,franceses, ingleses, italianos); así como de la imaginación, lamemoria, el gusto, las manías, las pasiones, etcétera.Los antropólogos han hecho de la cultura su especialidad;y promueven el criterio de que todo es cultura, lo cualamplía sus dominios. Según el portal de la aaa, “Nada de lohumano es ajeno a la antropología”. Hay disciplinas afines,pero “únicamente la antropología trata de comprender elpanorama completo de la existencia humana en el espaciogeográfico y el tiempo”, “desde sus comienzos, hace millonesIlustración: LETRA S LIBR ES / Julián Cicerode años, hasta hoy”. “Actualmente, la mitad de los doctoresen antropología trabajan profesionalmente fuera de las universidades”,y lo que pueden hacer en diversas ocupacionesdentro de la economía global parece no tener límite. Loconfirma Clifford Geertz (entrevistado en jac 11.2, disponibleen línea): “El número de cosas que se hacen bajo el nombrede antropología es infinito.”Los antropólogos se habían sentido dueños de una solacultura: la que estudiaban. Lo dice Malinowski, el día en quellega a vivir con los tobriandeses, y empieza a fotografiarlos:“Fotos. Emoción de propietario: Soy yo el que los va a describir,el que los va a crear.” (A diary in the strict sense of the term,citado por Clifford y verificable en Amazon, Search Inside:ownership). Pero superaron esa limitación. Ya no se sientendueños de tal o cual cultura, sino de la cultura. Los artistas,escritores, historiadores, filósofos, sociólogos, lingüistas, ¿quésaben de la cultura? Nada. No es su especialidad.Alfred L. Kroeber y Clyde Kluckhohn hicieron un esfuerzonotable por definir técnicamente la cultura. En Culture.A critical review of concepts and definitions (1952), compilaron ydiscutieron 164 definiciones publicadas desde 1871. Presentanuna tabulación significativa. De 1931 a 1940, las definicionesincluían de uno a cinco criterios (sobre todo tres); pero, de1941 a 1950, llegaron a incluir hasta seis criterios (sobre todocuatro); como si la precisión fuera difícil, y consistiera enacumular criterios. Esta vaguedad ya estaba en la definiciónde 1871: Cultura o civilización “es ese todo complejo queincluye conocimientos, creencias, arte, leyes, moral, costumbresy cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridospor el hombre como miembro de la sociedad” (E.B. Tylor,Primitive culture). Los criterios son tan variados que Kroeber yKluckhohn tratan de reducirlos a una docena, por ejemplo:grupo, tradición, totalidad, conducta, trasmisión no genética,valores, estilo. Además, clasifican las definiciones porsu énfasis: descriptivo, histórico, psicológico, estructural,genético. Pero la conclusión es aplastante: “tenemos muchasdefiniciones, pero poca teoría”. Esto, a pesar de que el libroempieza declarando: “la idea de cultura, en su sentido técnicoantropológico” tiene una “importancia explicatoria yuna generalidad de aplicación comparable a categorías talescomo la gravedad en física, la enfermedad en medicina, laevolución en biología”.Medio siglo después, la enciclopedia de Barnard y Spencerni lo intenta: Mucha tinta ha corrido buscando una definiciónde cultura capaz de aclarar eso que estudiamos los antropólogos.Aquí no lo intentaremos, “a pesar de nuestros mejoresesfuerzos por establecer linderos en torno a lo que vemoscomo nuestra propiedad intelectual”.Adam Kuper (Culture. The anthropologists’ account, 1999) vamás lejos: Lo aconsejable es que los antropólogos ya no hablemosde cultura, sino “más precisamente de conocimientos, ocreencias, o arte, o tecnología, o tradición”, según el caso. Elproblema de fondo es epistemológico y se produce cuando “lacultura deja de ser algo que debe ser descrito, interpretado,quizá hasta explicado, y pasa a ser tratado como la fuentemisma de la explicación”. No se puede “suponer que la culturase explica en sus propios términos”.Si todo es cultura, ¿dónde queda lo otro que permitesituarla científicamente y distinguirla de lo que no es cultura?La cultura se vuelve un absoluto, científicamente inexplicablee inexplicante. O se vuelve un corpus sólo inteligible encircularidades hermenéuticas, como las obras de arte y laliteratura. Pero esto desfonda las pretensiones científicas dela antropología. No queda más propiedad intelectual que laautoral: la que tiene el antropólogo como cualquier autor. Suheredad es el ensayismo.El boom de la antropología como ciencia de la culturaresultó un boomerang para sus ambiciones. Si nada de lo humanole es ajeno, si todo puede ser leído antropológicamente,todos pueden hacerlo. Lo dice literalmente el portal de aaa:“En cierto sentido, todos hacemos antropología.” En 1950,Hortense Powdermaker publicó Hollywood: el mundo del cinevisto por una antropóloga. La primera respuesta vino de la sociologíabritánica: En 1964, se fundó el Centre for ContemporaryCultural Studies en la Universidad de Birmingham, dedicadoal estudio de los medios, la cultura popular, las subculturas,con un sesgo militante inspirado en la Nueva Izquierda. Elentusiasmo se extendió por los Departments of English queadoptaron el “giro antropológico”, muy sumable a las posicionesfilosóficas postmodernas, para leer los textos, no comoliteratura, sino como documentos, en los llamados culturalstudies, muchos de los cuales son una parodia oscurantista delsaber (véase la compilación de críticas recogidas por DaphnePatai y Will H. Corral en Theory’s empire: An anthology of dissent).Como si fuera poco, apareció el multiculturalismo.La antropología siempre ha tenido algo de militanciamisionera. Es la cultura superior que trata de salvar, ya seaconvirtiendo a los indígenas, con el apoyo de las autoridades;o defendiéndolos de las autoridades; o tomándolos comoejemplo para la cultura superior: para criticarla o para quese supere; o negando la superioridad de cualquier cultura.Las posiciones van cambiando, pero no su invariante: el airesuperior.La cultura es insostenible como absoluto (no hay máscultura que la muestra) y también como relativismo negadorde que hay formas mejores de ser. La pasión libertaria queescribió en un muro de París: “Prohibido prohibir” teníarazón, poética. La contradicción dice algo muy difícil de decirde otra manera, menos aún tan bien dicho; y lo dice poniendoen evidencia su propia contradicción. Pero la contradicciónno puede ser fundamento científico. Curiosamente, gracias alos militantes de la antropología, la contracultura, los culturalstudies y el multiculturalismo, ya no es correcto decir que algoes incorrecto. ~Gabriel ZaidENSAYO92 Letras Libres abril 2007